Esta es la oveja que pasaba los días leyendo la mente del pastor que la cuidaba, porque no sabía hacer otra cosa más que eso y éste, que siempre había vivido en el interior y no lo había visto nunca, a pesar de peinar canas, estaba obsesionado con conocer el mar. Y tanto lo pensó el pastor que la oveja solo tenía un pensamiento. Así que un día se escapó del rebaño y empezó a marchar hacia adelante y siguió y siguió hasta que llegó al mar y le gustó tanto que se convirtió en él de tantas olas que la golpearon.
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