EDUARDO BAYONA ESTRADERA

En portada, algunas de las cámaras y objetivos que empleo. Todas las fotografías, imágenes y textos publicados en este blog han sido disparadas, diseñadas y escritos por Eduardo Bayona Estradera.






jueves, 6 de mayo de 2010

PASION ENTRE MANZANAS

Esta es la breve pero no por ello menos enternecedora historia de dos manzanas que creían ser dos cerezas unidas por el tallo. Tal era el amor frutícola que sentían una por la otra que, poco después de tomar la fotografía fueron arrancadas de la rama en la que se encontraban y estuvieron cantando todo el camino hasta que llegaron a la ciudad prometiéndose amor eterno. Entonces fue cuando, desde la caja expuesta del puesto en la que estaban ya separadas, su canto se trastocó en un llanto continuo que hizo llorar a toda la gente que había en el mercado. Tan triste era que los tenderos empezaron a cerrar los puestos y la gente no se atrevía a entrar porque todos los compradores salían con los ojos llorosos y una profunda tristeza. Ese día cerraron al mediodía y el mercado fue perdiendo clientela día tras día, pues el llanto había quedado adherido a las paredes y todavía se dejaba oír entre los puestos, hasta que un año después cerró para siempre.

Esta es la breve pero enternecedora historia de dos manzanas que creían ser dos cerezas. Estaban siempre tan contentas que el día que las recogieron del árbol, poco antes de que las fotografiara, estaban eufóricas por saber dónde irían a parar. Durante el camino a la ciudad inundaron la camioneta que las trasladaba de alegría, tomando un aspecto esplendoroso todas y cada una de las manzanas que había en las cien cajas que viajaban, de manera que cuando llegaron al mercado llamaban la atención de los tenderos y de los clientes que se apresuraban a acercarse al puesto al ver tan mágníficos ejemplares, que además no paraban de reir y cantar. De pronto, todas las personas que había en el mercado fueron conscientes de que les invadía una alegría de vivir que jamás habían experimentado, mientras un mar de risas proveniente de las manzanas y del resto de frutas y hortalizas que se exponían a la venta y que ya habían sido contagiadas inundaba el enorme mercado que con el paso del tiempo cambió de nombre para denominarse "El mercado de la alegría" y tal fama alcanzó que los centros médicos de todo el país incluso del extranjero aconsejaban un paseo por el mercado, para usos terapéuticos, llegando a ser un verdadero centro de peregrinación. Las dos manzanas origen de nuestra historia se encuentran actualmente en un lugar preferente del museo de Antropología frutícola de la ciudad.

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