Sí, están un poco lejos, pero se trata de sesenta y nueve gaviotas en la orilla del mar algo asustadas por los nubarrones que tienen encima cuando de pronto un rayo de sol les devuelve la esperanza. Cada poco tiempo y de manera cíclica algunas nubes se ponen serias y adoptan -lejos de su aspecto volátil y etéreo- una apariencia pesada, amenazante y plomiza que solo puede desembocar en una tromba de agua. Aun así el incansable sol aprovecha cualquier rendija para colarse y colocar una escalera al cielo en forma de rayo por si alguien quiere subir y pasear por encima de la tormenta.
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