Esta es la hoja de laurel que encontré en la cocina mientras preparaba un estofado de ternera. Fui a echar mano y la pillé ahí, "infraganti" en su caja de cartón, con los ojos apretados y la boca sonriente mientras soñaba que era un pez. Hay que tener siempre la cámara lista para no perder instantáneas así.
La hoja de laurel que soñaba que era un pez desperto una mañana nadando en un estofado bullente.
ResponderEliminar- ¿Que hago en este mar calentito y movido? - Se preguntó.
- Estás dando aroma a mi cuerpo. - Respondio un pedazo de ternera que flotaba alegremente a su lado.
- O sea, que soy un perfume para tí. - Afirmó la hoja de laurel.
Y satisfecha continuó durmiendo. Ahora sabía que era un pez en el mar del Japón y se llamaba pez fume. Nunca más despertó.